Hace unos meses iniciamos con mucha ilusión un proyecto muy especial: la construcción de nuestra nueva estación ITV Sureste, para acercar nuestros servicios a todos los rincones de Gran Canaria. Queríamos que los vecinos de la zona pudieran pasar la inspección de su vehículo de forma más cómoda, sin grandes desplazamientos, y con unas instalaciones modernas y eficientes.
Al comenzar los trabajos, descubrimos algo que hizo que este proyecto fuera todavía más singular: compartíamos el entorno con unos vecinos muy especiales. Entre las piedras y los matorrales cercanos, bajo el cálido sol canario, vivían varios ejemplares de Gallotia stehlini, el lagarto gigante de Gran Canaria, una especie autóctona con un gran valor ecológico.
Desde el primer momento, nuestro equipo decidió adaptar la rutina de la obra para respetar su espacio. Ellos, curiosos por naturaleza, se dejaban ver tomando el sol, vigilando desde la distancia o incluso acercándose con cautela. Poco a poco, fueron parte de nuestro día a día: los reconocíamos, les pusimos nombres y hasta habilitamos pequeños rincones seguros para que pudieran seguir disfrutando del sol sin peligro.
Convivíamos así: nosotros levantando la estación, ellos continuando con su vida tranquila. Fue un recordatorio constante de la riqueza natural que nos rodea y de la importancia de cuidarla.
Pero un día, sin previo aviso, dejaron de aparecer. Ni rastro de sus siluetas al sol. Pensamos que era algo temporal, pero con el paso de los días, confirmamos que se habían marchado. Desde entonces, no dejamos de estar atentos por si regresan.
Hoy, la estación ITV Sureste ya está terminada y abierta para recibirte con las mejores instalaciones, un equipo profesional y todas las comodidades para que pasar la ITV sea rápido, seguro y sencillo.
Eso sí… si vives en el sureste de Gran Canaria y, en tu camino, te cruzas con alguno de estos magníficos lagartos, cuéntanoslo. Aquí siempre tendrán un rincón soleado esperándolos.
En ITV Sureste, cuidamos tu vehículo y también el entorno que nos rodea. Porque naturaleza y progreso pueden convivir, si los miramos con respeto.