El polen de las plantas es el mayor enemigo de muchos durante cierta época del año. Provocando un picor nasal y de ojos, estornudos, tos seca, congestión y lagrimeo. En definitiva, una alergia en toda regla que puede limitar alguna de nuestras actividades, entre ellas, conducir un vehículo. Por ello, desde Red Itevelesa te contamos cómo afecta la alergia a la conducción, los consejos a llevar a cabo y mucho más...
Conducir con alergias puede ser extremadamente peligroso. Por ejemplo: un solo estornudo provoca que se recorran 125 metros sin control con el coche circulando a 90 km/h. Con varios estornudos seguidos, si la velocidad es de 100 km/h, se recorre una distancia de hasta 140 metros sin controlar el entorno.
Además, según la DGT, el 50% de personas que tienen alergia también sufren alteraciones del sueño. Por lo tanto, ya no solo hablamos de consecuencias in situ al estornudar sino también cansancio provocado por dicha alergia que afecta a nuestra atención y conducción.
Tratar la alergia es imprescindible para lidiar con los síntomas y poder conducir con seguridad. Colirios, antihistamínicos o analgésicos son medicamentos que resultan muy efectivos. Pero debemos ir con cuidado porque muchos de ellos interfieren en la conducción por sus efectos secundarios. Los antihistamínicos por ejemplo, pueden provocar somnolencia y alterar la capacidad de reacción del conductor.
Lo primero es acudir a un medico para que nos recete el medicamento correcto. También es importante identificar aquellos medicamentos que provocan efectos en la conducción. Esto ultimo es sencillo ya que podemos identificarlos fácilmente con una señal triangular de advertencia con un coche, la cual advierte de la necesidad de leer el prospecto antes de consumir.