Las personas tendemos a tener muchos vicios, manías y malas
costumbres que nos llevan a realizar las cosas sin -a veces- reparar
mucho en ello. Igual pasa con nuestros vehículos, que pensamos que con
pedir la cita en la ITV y pasarla satisfactoriamente, no habrá más problemas. Por eso, debemos tener un constante mantenimiento y cuidado con nuestro automóvil, porque más allá del precio del coche, la mayor inversión son las averías inesperadas, y es que algunas de ellas son inevitables. Pero, por desgracia, otras forman parte de las malas costumbres y hábitos por parte de nosotros mismos, los conductores.
Además, aparte de tener presente todas estas manías, hay que tener en cuenta siempre una buena revisión, antes de salir de viaje y de vacaciones, al realizar viajes largos, porque no hay que dejar de lado la constante revisión de nuestros vehículos.
De otra forma, el ser humano es un animal de costumbres y, en el tema
‘coches’, adquirir malos vicios en nuestro día a día puede llegar a
provocar un desgaste prematuro del coche. Y aquí nos
encontramos con el problema de que, a medida que los conductores cogen
más experiencia y confianza al volante, ven normales manías que ponen en
riesgo el buen funcionamiento del vehículo.
Por eso, desde ITV Grupo Itevelesa recopilamos algunas de las malas costumbres que averían el vehículo y arruinan nuestro bolsillo, además de dar un presupuesto para esas averías:
1. Usar exageradamente los frenos. Debemos tener en
cuenta que no siempre es necesario pisar los frenos para reducir la
velocidad. A veces, reducir de marcha ayuda a retener el vehículo y así
no se somete a los frenos a un desgaste innecesario además de alargar su
vida útil. Por ejemplo, cambiar las pastillas de freno delanteras
costaría unos 95 euros.
2. Abusar del uso del embrague. Usar el embrague es más que simple: sólo debe usarse para hacer los cambios de marcha. Sin embrago, muchísimos conductores tienen la mala costumbre de seguir pisando el embrague en pasos de peatones, semáforos o atascos. Esto hace que el disco y las piezas que trabajan sobre él sufran mucho. Desde nuestra ITV, nuestro consejo es poner el coche en punto muerto y volver a pisar el embrague para poner primera al iniciar la marcha cuando haya que parar.
3. Circular con el depósito en reserva. Los conductores tenemos la costumbre de usar el coche hasta que le pilotito de la reserva se enciende, y aún nos queda rato para seguir circulando. Pues esto no es algo recomendable, porque conducir con la reserva puede provocar quedarse tirado en carretera y, además, se incrementan las posibilidades de que entren impurezas que afecten a los sistemas de inyección del motor y al filtro del combustible.
4. Mantenerse apoyado en la palanca de cambios sin usarla. Esto podría considerarse más que un vicio para los conductores. Y, aunque parezca mentira, esto puede provocar graves desajustes en los mecanismo internos de la palanca además de desgastar algunos elementos de transmisión. Y, para más inri, la broma no saldría del todo barata, pues reparar el árbol de transmisión asciende a los 200 euros. Es por eso que desde nuestra RED ITV Itevelesa recomendamos ¡tener siempre las manos sobre el volante!
5. Conducir agresivo o demasiado tranquilo. Todos
hemos pasado por uno de estos dos estados, a lo mejor sin darnos cuenta.
No es nada aconsejable conducir de mal humor porque eso repercute a la
hora de conducir, a los peatones y al propio vehículo. Los acelerones y
maniobras más bruscas pueden dañar los frenos, el motor y la caja de
cambios. Por otro lado, conducir de una forma más serena y
extremadamente calmada puede dañar la transmisión o el cigüeñal del
vehículo.
6. No hacer nada cuando se encienden los indicadores de advertencia del tablero. Cuando
uno de estos indicadores se enciende, muchos conductores lo dejan pasar
de largo, pero no es conveniente y hay que solucionarlo de inmediato.
Es aconsejable, si no se sabe qué ocurre, llamar a un mecánico o
comprobarlo en el manual, ya que puede acarrear serios y graves
problemas para el motor del vehículo.
7. Estacionar en la acera y dejar el vehículo pegado al bordillo. Dejar el coche encima de la acera puede dañar los amortiguadores del coche y perjudicar la alineación de la dirección. Por otro lado, dejar el vehículo al ras de la acera es bastante usual, pero hace que los neumáticos del coche se estropeen y se desgasten más rápidamente, provocando cortes o abultamientos.
Además, pueden darse aún muchas más malas costumbres que harán que el vehículo se puede estropear. Entre ellas está pasar demasiado rápido por badenes, no dejar que el turbo descanse y no respetar los periodos de mantenimiento y cambio de aceite.