¡El futuro ha llegado y la ciencia está 
ayudando a ello! Un grupo de ingenieros de la Universidad de Fudan, en 
China, en colaboración con expertos en óptica de la Universidad de 
Búfalo en Estados Unidos y a través de un estudio publicado en la 
revista ‘Science Advances’, han desarrollado un nuevo material que hace que las señales de tráfico cambien de color por la noche para mejorar la seguridad vial y ayudar a conductores y peatones, alertando así sobre la situación del tráfico y poder evitar algún posible accidente. 
Los protagonistas de la historia son las microesferas de polímero,
 un material que consiste en una película delgada que refleja la luz de 
tal forma que será capaz de hacer que, esas señales de tráfico, brillen 
de forma intensa y cambien su color cuando haya oscuridad. ¿Recordáis a 
los míticos hermanos Lumiére? Pues ellos también utilizaron una película
 para proyectar la luz en sus cintas cinematográficas y así conseguir 
color. 
En cualquier caso,  este avance tecnológico
 y científico consiste en colocar en el lado adhesivo de una cinta 
transparente las microsferas de polímero, las cuales producirán un 
fenómeno interesante: cuando la luz blanca brille en la película por la 
noche, se verá un solo color reflejado, mientras que también se podrá 
contemplar colores cambiantes. Percibir un color u otro dependerá del ángulo de observación y de si la fuente de luz se está moviendo. 
Recordar, también, que esta innovación hacia las señales de tráfico ha tenido sus breves comienzos en los países de China y Estado Unidos, pero que, dentro de no mucho, España podrá disfrutar de los nuevos avances tecnológicos para dar una mayor seguridad vial a sus conductores y peatones, desde donde Itevelesa, una de las empresas líder en ITV, animará a aquellas personas a dar un buen uso de esta nueva tecnología.
Sin ir más lejos, para demostrar la utilidad práctica de este nuevo invento que concierne al mundo automovilístico, los científicos hicieron una señal de tráfico de ‘cruce de peatones’ que instalaron a la altura de 1,7 metros sobre la carretera y, mientras conducían un automóvil, el conductor iluminaba el paso de peatones con los faros en donde se vislumbraba un color brillante monótono. Pero desde la perspectiva del peatón, que se acercaba lentamente a la señal al mismo tiempo que el vehículo, podía ver cómo el color cambiaba de azul sólido a color arcoíris.

El color de la radiación reflejada depende del ángulo de incidencia de la luz blanca: el caso de un observador fijo (B) y un observador vinculado a una fuente (A).
Podríamos pensar que parece una historia un
 tanto enrevesada, pero lo que únicamente hay que tener en cuenta es el 
nuevo material y la luz, dos determinantes que, desde la perspectiva del
 conductor o del peatón, la señal de tráfico cambiará a un color u a 
otro. 
Lo que más llama la atención de este paso hacia una mejora de la seguridad vial es que este material tiene la función de crear señales de tráfico inteligentes, pues si una persona está escuchando música a todo volumen o no está prestando la suficiente atención mientras camina o conduce, un letrero o una señal que cambia de color puede ayudar a solucionar ciertos problemas.
Hasta ahora, para resaltar cualquier marca vial, señal y chaleco, contamos con reflectores, que son pequeños dispositivos que giran la luz incidente (luz que llega a la superficie de un sujeto) 180 grados. En la práctica, estos reflectores también se tiñen para hacerlos más visibles y reconocibles.

Aunque, por desgracia y según expertos, 
usar pintura para darle al color reflectante el color correcto tiene sus
 inconvenientes. Para empezar, esta pintura con el tiempo se termina 
desvaneciendo, seguido de que contamina aún más el medio ambiente. 
Aunque, por otro lado, también se debe tener en cuenta que esta nueva
 propuesta tecnológica se ha puesto en marcha para ayudar a prestar más 
atención a la carretera y fijarse más en las señales de tráfico para 
evitar  accidentes y siniestros. Así, sumando el reciente proyecto, los 
chalecos y señales reflectantes y los nuevos límites de velocidad, podremos ser capaces de reducir, entre todos, los accidentes en carreteras. 
De cualquier modo, los científicos están desarrollando materiales estructuralmente coloreados
 que, por sí mismos, tienen las propiedades de los reflectores 
coloreados.  Como regla general, los investigadores agregan 
nanopartículas al material o tratan su superficie de manera compleja. 
Pero una cosa sí que hay clara, y es que 
hasta ahora no se han encontrado materiales que posean tales 
propiedades: o su color era demasiado opaco, o desapareció cuando se 
giró el objeto, o el material reflejó muy poca luz. 
Además, la producción de la mayoría de los materiales pintados estructuralmente requiere mucho tiempo y esfuerzo, y por lo tanto es muy difícil transferirlo a una escala industrial.